De pronto en el taller aconteció una Asamblea entre las herramientas para ajustar diferencias.
El martillo presidió la reunión, pero los participantes le notificaron que tenía que renunciar.
La causa? Hacía demasiado ruido, y además se pasaba todo el tiempo golpeando.
El martillo aceptó la culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo. Según él, daba muchas vueltas para conseguir algo.
Ante ese ataque, el tornillo se defendió, aceptó con la condición que también lo hicieran con la lija. Porque era muy áspera en su trato para con los demás, terminando siempre con roces.
La lija acató pero pidió que se echara al serrucho porque siempre cortaba las cosas y no servía para trabajar unido.
El serrucho reconoció su actitud pero dijo que entonces tampoco servía el metro, porque siempre medía a los otros según su propia medida, como si fuese el único perfecto.
Así continuaron debatiendo.
A la mañana siguiente entró el carpintero y comenzó a realizar su trabajo habitual.
Juntó el material, tomó la madera, utilizó el serrucho, el martillo, el tornillo, la lija y el metro.
Finalmente de la madera rústica hizo un fino mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente a oscuras y sola, la asamblea reanudó la discusión. Esta vez el serrucho tomó la palabra.
- Señores, quedó demostrado que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades, con nuestros puntos valiosos. Así que, no pensemos en nuestros puntos débiles y concentrémonos en nuestros valores.
Todos entendieron, que el martillo era fuerte, el tornillo unía, la lija era especial para limar y afinar los defectos de la madera, el serrucho a veces debía cortar para que no se fueran por las ramas y el metro era preciso y exacto para que todos pudieran ser criteriosos y equitativos. Se sintieron así un equipo capaz de producir muebles de calidad y se pusieron a trabajar con alegría.
Esta ilustración nos muestra lo que realmente sucede con los seres humanos. Basta observar y comprobarlo. Cuando una persona busca defectos en otra, la situación se vuelve negativa y tensa, por el contrario, cuando se busca con sinceridad las fortalezas y virtudes del otro, florecen las mejores conquistas humanas.
Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es de buenas personas!
Dale Carnegie advierte a este respecto "Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo. Y la mayoría de ellos se empeña incesantemente en esto. Pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos".
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