Este contenido fue publicado originalmente para el portal MujeresDigitales.org
Esta es una de las preguntas más comunes alrededor del tema de la brecha entre las mujeres y la tecnología. Según el libro Little Miss Geek, en el rol de consumidoras las mujeres somos un 40%. Este número no es una sorpresa, es algo que se esperaba con la popularización de la tecnología en los ambientes cotidianos; sin embargo, también se esperaba que, en consecuencia, el número de mujeres que se dedica a crear se incrementara con este escenario, pero la realidad es otra.
Esta misma publicación habla de cómo en países como Inglaterra los porcentajes de participación de las mujeres en creación de tecnología continúan disminuyendo. Entre 2001 y 2011, la vinculación de mujeres a trabajos en tecnología disminuyó de 22% a 17%. En el ámbito mundial, las mujeres solo representamos el 25% de la fuerza de trabajo en este campo.
En el ejercicio de conocer las razones de por qué las mujeres no desarrollan software, muchas veces se recurre a mujeres que sí lo hacen, y aunque este tipo de opiniones otorga luces al respecto, también es claro que estas mujeres pueden llegar a negar que existe la brecha o que existen más obstáculos para las mujeres, porque ellas ya los han superado y se han asegurado una posición cómoda dentro del ámbito tecnológico, han construido imágenes rudas de sí mismas y corazas protectoras que en ocasiones obstaculizan la visión propia acerca del problema e incluso en ocasiones, las lleva a apartarse de las acciones que pueden hacer que las cosas cambien, pues aún en su día a día siguen luchando por lograr ser respetadas y sobrevivir en este campo.
Una actividad reciente realizada por Mujeres Digitales en compañía de la argentina Lila Pagola, activista del software libre, y mujeres de Antioquia profesionales en el campo del software, permitió analizar y descubrir ideas que reafirman los escenarios planteados por estudios y análisis sobre la brecha de uso efectivo de las TIC entre hombres y mujeres.
- Las mujeres que trabajan en tecnología aprenden a mostrarse como personas de carácter fuerte para poder desempeñarse en su campo y ser respetadas.
- Las mujeres deben realizar más o mejor trabajo que los hombres para poder ser respetadas.
- El entorno demuestra que no se cree que una mujer sea capaz de desempeñarse correctamente en tareas que demanden mucho conocimiento técnico. Generalmente se sugiere a las mujeres dedicarse a tareas menos complicadas.
- Aunque la mayoría de mujeres son plenamente conscientes de los obstáculos que han afrontado y describen con claridad como los han resuelto, son pocas las que se sienten en capacidad de pasar al plano colectivo para ayudar a otras mujeres a superarlos más fácilmente.
Una de las reflexiones que resaltó Lila Pagola fue como en efecto, las mujeres quienes participan en tecnología son de carácter fuerte. Los escenarios actuales en los cuales las mujeres participan como creadoras de tecnología las lleva a actuar constantemente en una posición defensiva para demostrar realmente quiénes son, y lo cierto es que pensar en las siguientes generaciones e invitarlas a participar de esto no parece generar demasiado entusiasmo.
Muchas condiciones están dadas, son difíciles de cambiar y son escenarios que necesitan ser intervenidos de diferentes maneras, sin embargo, ¿Qué puede hacerse para que el futuro sea diferente? Descubrirlo es actualmente el reto de muchos iniciativas a nivel mundial y nacional, entre ellas Mujeres Digitales, Codies Colombia, Women Who Code, Girls Develop IT,Women In Technology, Women In Engineering, Black Girls Code, Girls In Tech, entre otras.
Abordando nuevamente la pregunta inicial ¿Por qué cada vez hay menos niñas interesadas en dedicarse a crear tecnología? Es claro y evidente que, aunque se comparten muchas causas entre generaciones, las épocas son necesariamente diferentes, y temas como la confianza en el manejo de la tecnología (su uso y apropiación) ha dejado de ser una barrera en las nuevas generaciones, y si es así ¿Por qué el panorama no cambia?
Un par de ideas son destacables y es muy importante entenderlas: el estereotipo geek/nerd y la idea de que "las mujeres no están hechas para la tecnología".
Los estereotipos de género son un tema difícil de afrontar. Hoy en día las chicas se enfrentan a uno nuevo y es la idea de que quienes se dedican a programar, a quienes se les llama típicamente geek (excéntricos y apasionados por algún tema en particular) o nerd (estudiosos), son personas descuidadas en apariencia, aisladas y que solo se dedican a los libros y a las computadoras. En un mundo donde las interacciones sociales representan tanto, este tipo de imágenes no hace sentir identificadas a las jóvenes con algo que desean ser. Este estereotipo proviene en mayor parte de las películas y series de televisión, donde la apariencia y comportamientos de programadores, hackers y demás, no son socialmente deseables, a pesar de ser casi siempre personas brillantes.
Hace algunos días en redes sociales, un hashtag movió al mundo #ILookLikeAnEngineer (#MeVeoComoIngeniera).
Isis Wenger, la ingeniera que aparece en esta campaña de marketing, enfrentó varias críticas en redes sociales, entre las cuales se destacaba el hecho de que no era ni remotamente posible que ella fuera ingeniera pues no parecía una. Isis escribió la historia en su blog y los usuarios de las redes se volcaron a su favor usando el hashtag antes mencionado. Mujeres ingenieras de todo el mundo pusieron en redes fotografías de sí mismas en las cuales rompían el estereotipo de ser geek y nerd, para mostrar cómo lucían ellas siendo ingenieras. La situación llevó al movimiento de grandes empresas y medios de comunicación digitales que decidieron promover esta idea en contra de tener que lucir con de una manera particular para ser brillante.
Lo que en realidad ocurre en la percepción de las chicas tiene que ver con algo más de fondo relacionado con la autoestima, tema en el que el marketing y los medios hacen tanto énfasis, que terminan por tergiversar la imagen que cada una tiene de sí misma, pero además tiene que ver con la confianza que les otorga su formación y crianza, aquello que les transmiten sobre cómo deben verse, cómo deben comportarse, qué deben ser, o qué son capaces de hacer. Más allá de que una chica supere la idea del estereotipo geek, debe entender que sin importar cómo luce puede ser una profesional exitosa.
Hay otro que tema resulta una barrera, pues logra situarse en la mente de las chicas y se da en ámbitos familiares y educativos, y es el lograr convencerlas de que "las mujeres no están hechas para la tecnología" y que "no es cosas de niñas". Frases como esas descalifican y cambian la idea personal de lo que sienten las niñas que pueden llegar a ser.
Las mujeres están hechas para la tecnología y lo están aún más las nuevas generaciones, pero depende de padres, madres y también de maestras y maestros, hacerlas sentir bienvenidas y eliminar de su imaginación la idea de que están hechas solo para jugar con cocinitas, maquillaje y muñecas. Están allí para crear y descubrir cómo funciona todo a su alrededor, están allí para ser parte de la transformación del mundo.
Al hablar puntualmente de la creación de software es necesario decir que "programar tiene que ver más con la capacidad de descomponer y resolver problemas que con los algoritmos". Tiene que ver con entender las necesidades de alguien y ayudarle a resolverlas, más que con la creación de una pieza de software, y si entendemos cómo las mujeres tienen la capacidad de conectarse con las necesidades de otros, entendemos también todo el potencial que hay en ellas para rehacer y recrear la manera como las necesidades asociadas a la tecnología se resuelven en la cotidianidad.
Actualmente el software es escrito en mayoría por hombres y en consecuencia aplicaciones de todo tipo tienen su visión y manera de hacer las cosas. Cambiar este panorama es una cuestión de participar en ello y otorgarle nuestra propia visión. Como las leyes se escribieron un día por hombres y determinaron inequidad en derechos para las mujeres al no ser tenidas en cuenta, la tecnología es algo que cambia el mundo de manera constante y otra vez son los hombres quienes están escribiendo la historia.
Algunas estrategias propuestas en el artículo de Allison Master, Los estereotipos de género en los salones de clase, plantean ideas compartidas por muchos y que podrían ser exitosas, entre ellas temas como el cambio en los ambientes físicos que son poco acogedores, la creación de ambientes seguros donde participantes e instructoras sean solo mujeres, la visibilización de mujeres que puedan ser modelos de rol para las chicas, los cambios en las narrativas de los medios por mensajes incluyentes y las mejoras en las perspectivas salariales para que estas sean equitativas. Puntos en los que además de necesitar intereses institucionales de diferentes partes del ecosistema, se requiere también de la participación de profesionales interesadas en cambiar el escenario.
Este artículo es un llamado a las mujeres que hacen parte del ámbito de la tecnología y el desarrollo de software, un llamado a solidarizarse con otras mujeres e invitarlas a ser partícipes, reconocer que es necesario transformar la realidad actual y hacer que otras que se sientan bienvenidas y entusiasmadas con la idea de ser parte y que desde quienes son, pueden lograr hacer todo lo que se propongan.